Los ojos, la burbuja y la carjita de cristal

Estaba pensando -si, pienso- en tiempos fáciles y felices, en los que una decisión re difícil se tomaba con un ta-te-tí suerte para tí. Cuando se podían arreglar las cosas que se complicaban con un 'no vale, no vale, de nuevo'. Tener dinero era ley para salir de la escuela y comprarnos los millones de caramelos que queríamos. Hacer la casa de las Barbies nos entretenía felizmente ocupados toda la tarde. Siempre descubríamos nuestras más ocultas habilidades a causa de un '¿a que no te animás?'. El que llega último es un bobo, eso era lo único que nos hacía correr como locos hasta que el corazón se nos salía del pecho. La palabra GUERRA significaba matarnos a almohadonasos y terminar tirados riendonos y nuestra mayor desilución era que nos eligieran últimos en el equipo para jugar al manchado en la escuela. Sacarle las rueditas a la bicicleta era un gran paso en nuestra vida y el negocio del siglo era conseguir cambiar las figuritas repetidas por aquella que nos faltaba o ponernos una camisa grande nos hacia soñar y pensar que eramos Superman, pero cambia, todo cambia y nosotros tambien, nosotros crecemos y es ahí cuando da julepe abrir los ojos, por ahí los abrimos y vemos todo patas para arriba, y eso es lo que en verdad nos da miedo, los cambios. Por eso es que de chicos jugamos a las escondidas y nos tapamos los ojos, creyendonos que así no nos ven y nosotros tampoco vemos nada. Hoy en día cerramos los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas, como si muerto el cartero fueran a desaparecer las cartas fuleras. Abrir los ojos tiene gusto agridulce, por un lado perdemos la magia.. pero por otro salimos del engaño, pero siempre tenemos miedo, preferimos vivir en una burbuja, pero muchas veces esa burbuja se nos pincha y no queda otra que abrir los ojos y mirar lo que no queremos ver, el corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahoragados como en una cajita de cristal. Ojos que no ven corazón que no siente -dicen- entonces para que algo cambie tenemos que pinchar nuestra burbuja y romper nuestra cajita de cristal, salir y animarse a ver, aunque lo que veamos nos estruja el corazón.